Te explicamos cómo puedes pasar menos frio en invierno y menos calor en verano en tu casa, sin tener la calefacción y el aire acondicionado a tope, ahorrando dinero en tus recibos y sin hacer obras.
Esto es una solución tecnológica. Cuando hablamos de tecnología, pensamos en telefonía móvil, inteligencia artificial y casas inteligentes, la domótica. Sin embargo, existen avances tecnológicos importantes en el campo de la construcción y las reformas que pueden hacernos la vida más cómoda. Uno de ellos son los nuevos sistemas de aislamiento térmico y acústico de las viviendas.
Mucho se habla en los últimos años de la eficiencia energética. De gastar menos energía para aclimatar los edificios. Y es que los españoles empleamos mucha electricidad y gas para hacer que los edificios sean habitables. Para que podamos trabajar en las oficinas y descansar en casa. Los edificios de nuestro país tienen un aislamiento térmico y acústico insuficiente. La razón hay que encontrarla en la antigüedad del parking de viviendas. Según el portal inmobiliario Idealista más de la mitad de las viviendas de nuestro país tienen más de 40 años de antigüedad.
No es que antes se construyera mal, sino que no se disponía de la calidad en materiales de construcción que tenemos actualmente. Es un asunto de tecnología industrial aplicada. Es ley de vida. Es probable que dentro de unas décadas, los materiales que usamos hoy queden obsoletos. La humanidad camina hacia una vida más cómoda y confortable.
El caso es que ahora nos toca hacer los deberes para suplir las deficiencias que presentan las casas que habitamos. La buena noticia es que se puede hacer en mucho menos tiempo, gastando menos dinero y sin empringarnos en hacer obra.
El aislamiento insuflado.
Los técnicos de Crear Sur, una empresa de reformas de Granada, con más de 15 años de experiencia, especialistas en el aislamiento de viviendas y edificios, nos hablan de un sistema de aislamiento revolucionario. El aislamiento insuflado o inyectado.
Su funcionamiento parece sencillo. Consiste en abrir un agujero en una pared o en el techo, colocar en él, la boca de una manguera e insuflar por medio de un compresor, un material aislante que se va esparciendo por el interior de las cámaras de aire que existen dentro de los edificios, aumentando de esta forma su aislamiento.
De esta manera se consigue aislar térmica y acústicamente una habitación, una vivienda o un edificio en mucho menos tiempo de lo que antes se hacía abriendo boquetes en las paredes. Todo eso, sin pasar por las molestias que suele ocasionar una obra.
Aislar un edificio no es nuevo. Para dividir una vivienda en habitaciones se levantan tabiques con ladrillos o con paneles de pladur, donde se deja un espacio libre entre una pared y otra. Levantada la primera pared, se forra toda la superficie con un material aislante, como es la lana mineral y después se coloca la segunda pared. El procedimiento es sencillo cuando estás levantando el tabique, pero resulta engorroso si quieres mejorar el aislamiento a posteriori.
En estos casos, lo que hacían los albañiles era abrir un boquete más o menos grande en una de las paredes, sustituir el material aislante antiguo o colocar directamente uno nuevo y reconstruir la pared. El resultado era efectivo, pero llevaba tanto tiempo y resultaba tan costoso, que muchas personas se lo pensaban antes de hacerlo.
Con el aislamiento insuflado el trabajo es mucho menos molesto. Solo se abre un pequeño agujero, suficiente para que pase el material expansivo y después se cubre, sin que se note para nada que se ha realizado esta operación. Lógicamente, los técnicos deben conocer de antemano las cámaras de aire existentes.
¿Qué materiales se insuflan?
La web de Servicio Estación, una conocida cadena catalana de materiales de construcción y bricolaje, cuenta que los materiales más utilizados para el aislamiento insuflado son la celulosa, el corcho y el poliestireno expandido (EPS)
La celulosa es el material más económico. Consiste en un granulado de papel y sales de boro que se reparte por el interior de las cámaras por medio de aire a presión. El problema de este material es que es uno de los que peor se adaptan a las cavidades internas, pudiendo dejar huecos en las fachadas o en las paredes sin cubrir.
El granulado de corcho, por el contrario, es el material más ecológico y uno de los más efectivos. Se adapta perfectamente a las cámaras huecas y tiene un alto poder de aislamiento, sin embargo, al proceder del árbol del corcho, también es el más costoso.
La solución más utilizada son las perlas de EPS (Poliestireno expandido), un derivado plástico, mezclado con adhesivo, que una vez insuflado, las partículas se adhieren entre sí y con la parte interna de las paredes, creando una sólida manta aislante.
Los materiales para el insuflado se venden a granel y están preparados para aplicarse con esta técnica, sirviéndose en pequeños granos o perlas, para que puedan ser propulsados por las máquinas compresoras. El material debe tener una alta resistencia térmica y debe ser permeable para facilitar que el vapor de agua generado en el interior de la vivienda, por los contrastes de temperatura, pueda ser expulsado por las paredes al exterior. Evitando, así, la aparición de humedades por condensación.
Donde se aplica esta técnica.
La construcción creando cámaras de aire se generaliza en todo el mundo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La extensión de la industrialización obliga a construir viviendas de forma rápida, en grandes cantidades y a bajo coste, para alojar toda la avalancha de mano de obra que acude en tropel a trabajar a las ciudades.
Los nuevos sistemas de construcción en serie vienen a sustituir a los métodos tradicionales rurales que empleaban vigas de madera y muros de adobe y piedra, mucho más artesanales y donde los materiales empleados ya de por sí eran aislantes.
Es necesario crear las cámaras de aire para que amortigüen las ondas sonoras y para que actúen como barrera entre la temperatura que hay en el interior de las viviendas y en el exterior. De lo contrario, daría la sensación de que vivimos entre paredes de cartón. El tiempo ha demostrado que estas cámaras ofrecen un aislamiento insuficiente.
Podemos encontrar cámaras de aire detrás de las fachadas y en el interior de las viviendas. Tras las paredes y sobre los techos. Esto hace que la técnica del aislamiento insuflado se pueda aplicar en una amplia variedad de lugares dentro de los edificios.
Ventajas de aislar nuestra casa.
Mejorar es aislamiento térmico y acústico es una de las mejores reformas que podemos acometer en nuestro hogar. Digamos que es una cuestión básica. Estas son algunas de sus innumerables ventajas:
- Ahorro energético. El aislamiento mejora la eficiencia térmica de la vivienda, lo que reduce la necesidad de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano. Esto se traduce en un ahorro significativo en las facturas de luz y de gas natural.
- Confort térmico. Este aislamiento mantiene una temperatura interior más estable y agradable durante todo el año. Elimina corrientes de aire y puntos fríos. Esto mejora el confort de los habitantes de la casa, independientemente de las condiciones climáticas que se den en el exterior-
- Reducción del ruido. El aislante actúa como una barrera acústica, disminuyendo el nivel de ruido que penetra desde el exterior. Esto es especialmente beneficioso en áreas urbanas o en viviendas cercanas a carreteras o avenidas y calles con mucho tráfico rodado.
- Previene humedades. El aislamiento de la vivienda ayuda a prevenir la humedad por condensación y la aparición de moho en las paredes. Al mantener una temperatura uniforme y evitar los puentes térmicos se impide, en gran medida, la generación de vapor de agua dentro de la vivienda. Esto contribuye a mejorar la salubridad del hogar y a crear espacios más saludables.
- Revaloriza el inmueble. Si estás pensando en vender tu casa, mejorar la calificación energética de la vivienda, va a aumentar su valor en el mercado. Las propiedades con un buen aislamiento suelen ser más atractivas para compradores potenciales y se puede pedir por ellas un precio mayor.
- Sostenibilidad ecológica. El aislamiento de las viviendas y edificios contribuye a la reducción de la huella de carbono. Al disminuir el consumo energético, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la calefacción y al aire acondicionado y a la producción de energía. Este es uno de los granitos de arena que podemos aportar los ciudadanos en el cuidado del planeta.
- El aislamiento insuflado tiene una instalación rápida y no invasiva. El aislamiento insuflado se puede instalar sin necesidad de realizar grandes obras o reformas, lo que minimiza las molestias y el tiempo de ejecución, haciendo que sea una opción práctica, eficiente y económica, vista a largo plazo.
Estamos ante un avance tecnológico en toda regla. El aislamiento insuflado o por inyección es una forma sencilla de mejorar el confort en nuestro hogar al mismo tiempo que cuidamos el medioambiente.