Liderazgo, esa es la palabra que pasa por delante del jefe. Las empresas ya no buscan jefes de equipo, quieren líderes que gestionen los equipos de trabajo de forma eficaz. El término jefe y su concepto cargado de connotaciones más bien negativas, cae en desuso de forma vertiginosa.
Ateniendo al concepto de liderazgo, que se define como un proceso en el que el líder (jefe) posee la habilidad de influir y conducir a un grupo de personas (empleados) con motivación para que alcancen los objetivos de la empresa. Esto se hace con determinación, empatía y provocando en los empleados entusiasmo por la consecución de objetivos y no hastío, frente a la necesidad de alcanzar el objetivo por no perder un trabajo.
Teniendo en cuenta esta consideración, el líder, es mucho más que un jefe. El liderazgo empresarial es finalmente, el conjunto de capacidades que posee una persona para dirigir a su equipo hacia el éxito colectivo e individual, por el bien de la empresa. Porque la empresa, son todos los trabajadores.
Desde Actionproject, expertos en la materia nos cuentan las cualidades que debe poseer en la actualidad un buen jefe, o más bien, líder. Es fundamental que las empresas cuenten en su organigrama con los mejores líderes para seguir creciendo en el sector. Independientemente del sector en el que opere la empresa, una buena gestión por parte de los líderes, logrará una mayor eficiencia por parte de los empleados. Aumentará la productividad y el rendimiento sin tener que estar encima de los trabajadores.
La importancia de tener un buen líder
Hasta hace poco, el rol del jefe era intimidar a los empleados para lograr obtener de ellos la productividad requerida. El jefe mandaba y el empleado acataba. Actualmente, el rol ha cambiado. El jefe ya no es un jefe, se trata de un líder que hace las veces de coach, alentando y animando al equipo.
Ya no se trata de un equipo al servicio de un jefe, sino de un líder al servicio de su equipo. Una empresa, jerarquías aparte, es un equipo que funciona unido. Si bien es cierto que hay que tener un director para que la orquesta suene bien, la dirección tiene que ser eso, dirección. Un soporte para que el empleado sepa por donde tiene que ir, es decir cómo ha de hacer su trabajo y cuál es su finalidad.
Afortunadamente, eso de dar órdenes a un trabajador y que se busque la vida para hacer su trabajo, ya no se lleva. El líder se encarga de que su empleado sepa hacer las tareas correspondientes o aprenda a ello.
Otro aspecto que debe cuidar un buen líder, es el ambiente laboral. Está probado que un mal clima en el trabajo influye directamente en el rendimiento de los empleados. Un buen líder empresarial, debe proporcionar un ambiente relajado y equitativo entre la plantilla.
Si la dirección corporativa influye en el clima laboral creando un ambiente distendido y relajado en el que se pueda trabajar sin más presión de la que corresponda al puesto, la plantilla rendirá más y mejor. Incluso necesitará menor tiempo para lograr sus objetivos si el plan de trabajo está bien diseñado.
Un líder gestionará de forma eficaz todo lo relacionado con su equipo. Les motivará cuando sea necesario y les reencaminará si en algún momento, se salen del camino.
El liderazgo tiene como finalidad lograr que la empresa tenga un equipo de trabajadores feliz, ello incidirá en su productividad y los resultados de la empresa.
Claves para ser un buen líder
Evidentemente, dentro de cada empresa, las características o cualidades que debe reunir un buen líder, varían. Cada sector particular requiere de unas u otras propiedades particulares a la hora de dirigir la empresa. No obstante, un buen líder debe contar en cualquier caso con las cualidades que vamos a mencionar a continuación. Independientemente de las especialización posterior que requiera cada empresa.
Un buen líder tiene que ser un excelente comunicador. Debe saber en todo momento como ha de comunicarse con su equipo para hacerle saber qué es lo que de él quiere o necesita. Trasmitir de forma clara y precisa sus necesidades o las de la empresa, de forma empática y empírica, es un factor clave para ser un buen líder.
Motivar al equipo es otra de sus funciones. Un líder debe estar primeramente motivado para poder motivar. Saber cómo animar a los empleados para que logren cumplir con las expectativas de la empresa, sin que se sientan condicionados es una cualidad que debe poseer un buen líder. Una buena forma de lograr esta motivación es involucrándolos en la consecución de objetivos, trasmitiendo las necesidades y posteriormente, contándoles los logros y resultados. Si el trabajador se siente valorado y reconocido dentro de la empresa, trabajará con mucha más energía y productividad.
No puede faltar el carisma en un líder. Alguien carismático que sepa dirigir a su equipo y convencerle de que tiene potencial, es esencial para liderar una plantilla. Unido al entusiasmo, que de por si es contagioso, contribuye a crear ese ambiente laboral saludable y propicio para el avance de la empresa.
Evidentemente, un buen líder, debe ser una persona resolutiva. No puede bloquearse ante un conflicto, debe ser proactivo y resolutivo, sobre todo cuando se trata de resolver problemas con los empleados.
Una persona organizada y con alta capacidad para gestionar los recursos de los que se dispone. El líder debe tener una excelente capacidad para planificar y gestionar tanto los recursos humanos (empleados) como los medios disponibles para el desarrollo de las funciones de la empresa.
Debe ser capaz de llevar a buen fin las negociaciones, tanto internas como externas. La creatividad debe también estar presente en las personas que pretenden ser líderes. Impulsar un cambio y tomar otros caminos si la empresa lo necesita no debe ser un obstáculo para el líder empresarial.
Igualmente, debe ser una persona disciplinada. Un buen líder también debe exigir a sus empleados disciplina y el logro de los objetivos, pero siendo él, el primer ejemplo. Todo lo que el líder pida a sus empleados debe trasmitirlo predicando con el ejemplo.
Por supuesto debe saber escuchar y practicar la escucha activa. Escuchar a sus empleados y comprender lo que quieren decirle es esencial para conseguir ser un buen líder.
Tiene que ser honesto. Dirigirse a su equipo con la verdad, ser trasparente y claro con los objetivos que se planteen. Los empleados necesitan tener información sobre lo que quiere lograr la empresa. Para realizar su trabajo de forma más eficiente, deben poseer la mayor información posible. De ahí la necesidad de que un líder sepa trasmitir todo eso a sus empleados haciéndoles partícipes de las necesidades de la empresa.
Trabajar sin saber para que se trabaja, suele terminar en fracaso, al menos a nivel personal. El empleado tiene derecho a saber para qué hace lo que hace. Un buen líder, será honesto y compartirá esos objetivos con su plantilla.
La visión de futuro es otra de las cualidades que debe poseer un buen líder. Ver más allá del futuro inmediato, detectar las posibles oportunidades para aprovecharlas y anticiparse a los riesgos que puedan aparecer. Para ello, el líder debe conocer perfectamente su empresa, sus objetivos, sus necesidades y estar en continua evolución.
No puede permitirse el lujo de dudar, ha de saber tomar decisiones de forma eficaz, rotunda y con criterio.
Y por supuesto, debe contar con una buena reputación. Si el jefe es querido, la reputación de la empresa, será mejor que si sus empleados le temen. Es de sobra sabido que si el líder de una empresa tiene buena reputación, la empresa, gozará por igual de una mejor reputación.
Las cualidades que debe poseer un buen líder no son pocas. A decir verdad, un jefe a la antigua, no contaba con tantas de ellas. Sin embargo, una persona capacitada para liderar una empresa, reúne todas ellas y alguna más. De ahí el éxito de muchas empresas que practican este tipo de liderazgo.
Grandes empresas del mundo cuentan en su organigrama con líderes reputados y queridos por sus empleados. Eso se traduce en beneficios para la empresa. Empleados y jefes en sintonía porque no sienten que sus jefes, sean jefes. Por eso el cambio de término y de concepto.
Líder es otra cosa. El jefe manda, ordena y se desentiende. El líder, acompaña, enseña y ayuda. No hay nada como ir a trabajar y encontrarse con compañeros felices y contentos en lugar de amargados que intentan entorpecer tu tarea.
Para que todo fluya, el entorno sea cordial y amigable, la figura de un buen líder, es fundamental. Siempre habrá algún compañero o compañera intentando frustrar a otro, pero si cuentas con el apoyo de un líder, minimizará esos comportamientos o los eliminará.
A fin de cuentas, todos somos iguales y merecemos el mismo trato, incluso el jefe, no es más que un mero trabajador. Con otras responsabilidades y otra posición, pero otro compañero más. Cada vez está más presente este hecho, y cada vez el jefe, es más que un jefe, un compañero.