El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se define como un trastorno del neurodesarrollo que conlleva ciertas disfunciones del desarrollo neurológico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de cada 160 menores tiene el Trastorno del Espectro Autista.
La Asociación Autismo Madrid afirma que no es una enfermedad rara. En la actualidad en nuestro país entre 297.000 y 470.000 personas son autistas, lo que supone un número muy elevado.
Entre el 45% y el 96% presentan dificultades en el procesamiento sensorial. La mayoría de los niños con este trastorno suelen tener problemas con la comunicación y la interacción social.
Los síntomas del Trastorno del Espectro Autista
Este trastorno en ocasiones presenta una fuerte base genética. Para diagnosticar el autismo, no hay ninguna prueba, ni marcadores biológicos.
Se deben valorar los síntomas conductuales para considerar a un paciente autista.
Los signos de alerta que puedan estar implicados en el desarrollo temprano del TEA son los siguientes:
-No atiende a su nombre.
-No se produce contacto ocular.
-No señala.
-Intereses restringidos y obsesivos.
-No participa en juegos interactivos a partir de los 12 meses.
-No juega de forma funcional con objetos.
-Suele tener problemas para relacionarse socialmente y comunicarse.
-Con frecuencia repiten palabras y frases textuales sin comprender como usarlas.
-Se suelen resistir al contacto físico y abstraerse en sí mismos.
-No expresan emociones ni sentimientos de forma adecuada.
– Suelen tener dificultad para reconocer las expresiones faciales o posturas corporales de otras personas, es decir, el lenguaje no verbal.
¿Cómo se diagnostica un Trastorno del Espectro Autista?
Los expertos explican que el TEA aparece antes de los tres años de edad, aunque su identificación y diagnóstico pueden darse posteriormente.
La detección precoz del espectro autista es muy importante, es recomendable que se identifique cuanto antes, a partir de los dos años. Aunque es una condición que acompaña a la persona toda la vida, los síntomas pueden mejorar con una adecuada intervención profesional.
Algunos niños muestran síntomas en los primeros doce meses de vida y en otros casos pueden aparecer hasta los 24 meses o posterior.
Las personas con TEA tienen el mismo diagnóstico, pero es aconsejable los apoyos individualizados y especializados, porque cada una tiene sus propias capacidades, necesidades e intereses.
Si el pequeño tiene problemas de comunicación y conducta, pueden llevar a tener problemas en la escuela y en el aprendizaje. Un adulto con este trastorno tiene los siguientes síntomas: Dificultad para integrarse en el mundo laboral o para poder vivir independiente, se aísla socialmente, problemas de relación social o de pareja, es una persona introvertida y puede presentar trastornos de ansiedad o depresión.
El diagnóstico del autismo puede darse durante tres etapas: la niñez, la adolescencia y la edad adulta. El médico deberá evaluar el comportamiento y la evolución.
Diagnóstico del autismo en niños
Los expertos recomiendan a los padres que sometan a exámenes médicos a sus hijos, especialmente a partir de los 18 o los 24 meses, para poder evaluar posibles variaciones en el comportamiento.
El pediatra se encarga de analizar la forma de actuar del pequeño. Si el niño tiene autismo, se realiza otra serie de pruebas para identificar las necesidades del menor.
El terapeuta ocupacional realiza una valoración funcional para garantizar la mejoría de las actividades básicas como el descanso, la comunicación, la educación, el trabajo, el juego, etc.
Diagnóstico del autismo en adolescentes
Los síntomas se suelen ver en el colegio y en el hogar, ya que tienen dificultades para comunicarse con los compañeros y para crear amistades.
Diagnóstico del autismo en adultos
El trastorno del autismo conviene diagnosticarlo lo antes posible. Sin embargo, a veces esto no llega hasta la edad adulta. Es necesario la evaluación de un psicólogo o psiquiatra.
Un vez diagnosticado el trastorno, el paciente comprende porque ha tenido dificultades para llevar a cabo actividades normales, como comunicarse con sus compañeros.
En España hay 450.000 personas con TEA, de las cuales más del 75% es menor de 21 años, cerca del 7% tiene más de 35 años y poco más del 1% es mayor de 50 años.
La importancia del profesor de Pedagogía Terapéutica
La figura del maestro de Pedagogía Terapéutica es fundamental porque trabaja con alumnos que poseen necesidades educativas especiales, como los que tienen dislexia o trastornos del espectro autista.
Laura García, preparador de oposiciones de pedagogía terapéutica, explica que para poder trabajar como maestro en esta especialidad, deberás aprobar la oposición, y esta no es una tarea fácil ya que las oposiciones destacan por su dificultad y competencia, por lo que estar asesorado por profesionales con experiencia es más que nunca imprescindible.
Los maestros de Pedagogía Terapéutica pueden trabajar en el primer o segundo ciclo de Educación Infantil y en la etapa de Primaria. También pueden ejercer la profesión en centros de educación especial y en aulas hospitalarias.