Invertir es la mejor manera de mantener los ahorros en movimiento y generar suculentos beneficios a corto, medio o largo plazo. Aunque no todas las inversiones son iguales, ni seguras, ni prudentes. No es lo mismo invertir en bolsa a largo plazo con una buena cartera de valores que jugársela en intradía y realizar operaciones a diestro y siniestro sacando el mayor beneficio posible o perdiendo cantidades ingentes de dinero en cuestión de segundos.
Afortunadamente, invertir es algo más que adentrarse en el mercado de valores y existen muchas posibilidades como la adquisición de obras de arte, los negocios o, una de las favoritas, el sector inmobiliario. Sin lugar a dudas, el ladrillo, es una de las inversiones más seguras que se pueden hacer y la mejor manera de proteger tu economía a largo plazo. Aunque no todo es tan sencillo como comprar a buen precio y vender cuando se revalorice. Como sucede en el mercado de valores, hay que esperar a que sea el momento adecuado para adquirir el bien y al más oportuno para desprenderse del mismo.
Realizar cualquier tipo de inversión supone un estudio previo y surge de la necesidad de mantener el dinero a buen recaudo trabajando para el inversor. Dado que uno de los sectores más proclives y accesibles para la inversión es el sector inmobiliario (no porque todo el mundo pueda comprar y vender sin ton ni son, sino por la necesidad de vivienda real) hemos acudido a Nordicway Real State que, como expertos en el sector inmobiliario han sabido explicarnos todo sobre la rentabilidad que ofrecen este tipo de inversiones. Dentro del sector, existen dos tipos de inversión muy rentables que todo el mundo debería conocer si tiene la intención de invertir su patrimonio de forma segura. Se trata de inversiones rentables que no decaen, debido a que la vivienda siempre es necesaria y habrá compradores o inquilinos que aumentarán la demanda.
Los bienes inmuebles, rentabilidad sí o sí
El mercado inmobiliario es uno de los sectores más seguros para obtener rentabilidad. Actualmente, se trata de uno de los que mayores beneficios reportan, sobre todo, tras haber superado la última crisis que nos azotó con la pandemia. En nuestro país, los inversores confían cada vez más en los bienes inmuebles para aumentar su patrimonio, encontrándonos en este momento de una tendencia alcista que ofrece mayor confianza, seguridad y garantías a la hora de realizar la inversión.
Ahora bien, como es lógico, cabe la duda respecto a si todas las inversiones inmobiliarias son rentables y cuál es la rentabilidad que se puede obtener. Muchas personas prefieren lanzarse a por estrategias financieras con una rentabilidad diferente, como pueden ser los depósitos a plazo fijo que vuelven a estar dentro de las opciones más factibles. Mientras que otras, se decantan por la inversión inmobiliaria que ofrece una mayor rentabilidad y, en según qué casos, revalorización. No obstante, no todas las inversiones son iguales, como sucede con los depósitos o cualquier tipo de inversión.
Para invertir en el sector inmobiliario, lo mejor es contar con el asesoramiento de un profesional. Aunque la rentabilidad esta así asegurada, no todas las inversiones son igual de buenas, por lo que la gestión debe ser analizada de manera minuciosa. Como decimos, siempre será rentable invertir en ladrillo, considerándose en la actualidad como buena inversión aquella que repercute entre un cuatro y siete por cien de rentabilidad neta.
A la hora de invertir en operación inmobiliaria, hay que tener en cuenta que existen una serie de factores que puede incrementar la rentabilidad y la seguridad de la operación. Además de constituir parte del éxito de la inversión.
Dentro de esos factores a contemplar, encontramos la ubicación. Esto resulta tan obvio como necesario, una vivienda bien ubicada hace que la rentabilidad se afiance. Cuando nos encontramos en ubicaciones con gran potencial de crecimiento, la inversión se revaloriza, incrementándose su valor con el tiempo.
Las infraestructuras y servicios de la zona donde se ubica el inmueble, es otro de los factores a tener en cuenta. Ubicaciones que tengan acceso al transporte público o los servicios básicos como el centro de salud, colegios, zonas verdes, todo tipo de comercios, etc. multiplican la rentabilidad que ofrece un inmueble.
En último lugar, las posibilidades de expansión que ofrece la zona. Si tenemos conocimiento de la previsión de proyectos que puedan ejecutarse en ella a corto, medio o largo plazo, podemos determinar en qué medida se puede revalorizar la inversión.
Tipos de inversión más rentables y seguros en el sector inmobiliario
Dentro del sector, existe una amplia variedad de bienes inmuebles en los que se puede invertir: viviendas, oficinas, locales comerciales, chalets o plazas de garaje. A partir de ahí, basta con dejarse asesorar para tomar la decisión más acertada para la inversión. Aunque a continuación, vamos a destacar los tres tipos de inversión inmobiliaria más rentables en la actualidad.
El primero de ellos, es la compra con finalidad de alquiler. Este es uno de los tipos de inversión inmobiliaria más habituales en el sector. Comprar una vivienda con la única finalidad de alquilarla de tal manera que se obtenga una renta periódica por su uso a manos de terceros. Esta opción en particular, requiere la realización de un análisis detallado del tiempo que se tarda en recuperar la inversión, así como valorar todo tipo de situaciones que pueden generarse y suponer gastos extra.
No obstante, se trata de un tipo de inversión que ofrece garantía al inversor incluso ante momentos de riesgo o pánico en el mercado. En el caso de que el activo pierda valor o no produzca la rentabilidad deseada, el hecho no resultará tan negativo para el inversor como si se desplomara el valor en la bolsa. Además, de esto, requiere de un esfuerzo y sacrificio inicial para efectuar la compra del inmueble. En función de la capacidad económica del inversor, sus necesidades de liquidez y demás cuestiones económicas, puede ser necesario recurrir a un crédito. Por otro lado, hay que buscar y encontrar al inquilino perfecto y estar preparado para todos los gastos que conlleva: inversión inicial, acondicionamiento de la vivienda, reparaciones puntuales, etc.
Una de las claves de esta inversión, es hacerlo en inmuebles que tienen elevada demanda. Si la oferta para satisfacer la demanda es baja, la inversión es todavía más factible y adecuada.
Dentro de la opción de comprar un inmueble con la finalidad de alquilarlo, se puede optar a su vez, por otras dos modalidades: alquiler vacacional y de larga duración. En el primero de los casos, cada vez más de moda, las viviendas deben cumplir con una serie de requisitos más concretos como estar ubicado en lugares céntricos y de atractivo turístico, zonas universitarias o áreas empresariales. La rentabilidad en este caso, resulta bastante atractiva y además, permite el uso por parte del inversor en los momentos que lo requiera. A tener en cuenta que supone mayor tiempo en tareas administrativas y de gestión y mayor desgaste a consecuencia de la frecuente rotación.
En el segundo caso, el tradicional alquiler de larga duración genera menor rentabilidad pero supone menor dedicación. Lo más interesante de esta alternativa es el valor del activo que se mantendrá estable pero con tendencia alcista. El mayor riesgo que supone un alquiler de larga duración es encontrarse con un inquilino que no cumpla con su obligación de pagar.
Otra forma de invertir en bienes inmuebles es el House flipping, cada vez más de moda. Si no sabes de que va, te lo contamos: este tipo de inversión inmobiliaria, consiste en comprar una vivienda, reformarla y venderla a un precio mayor para obtener el mayor beneficio posible. Actualmente, la rentabilidad que ofrece este tipo de inversión puede alcanzar el veinte por ciento.
Pueden darse casos en que las viviendas requieran una reforma urgente que el propietario no puede o quiere asumir o es necesario vender rápidamente por la razón que sea. En estas situaciones, los precios de la vivienda disminuyen de forma considerable, por lo que hay que estar atento y tener buen ojo para encontrar las viviendas adecuadas. Este tipo de inversión ofrece un riesgo mayor, pues una mala decisión de compra puede suponer una sustanciosa pérdida de tiempo y dinero. Es esencial contar con el mejor asesoramiento especializado para minimizar el riesgo y lograr la mayor rentabilidad.
Por otro lado, resulta indispensable tener la capacidad económica necesaria para acometer la compra y la reforma de la vivienda. Lo más aconsejable es hacer una revisión minuciosa del inmueble antes de comprarlo y realizar un presupuesto detallado del coste real que supone la reforma.
Cualquiera de estas dos alternativas de inversión en el sector inmobiliario pueden resultar interesantes siempre y cuando se tenga la información y asesoramiento necesario. Como cualquier inversión, conlleva un riesgo, aunque en este caso, se minimiza bastante debido al tipo de gestión que requiere. En resumidas cuentas, los bienes inmuebles, las viviendas, locales, casas o plazas de garaje, siempre tendrán salida en un mercado que, a pesar de las dificultades, nunca decae. Sin olvidar las necesidades cada vez más específicas de la sociedad que genera negocios tan rentables como el alquiler vacacional o de corta estancia.