La regeneración ósea es un proceso fundamental en la odontología moderna, especialmente cuando se trata de tratar la pérdida ósea en la mandíbula, que puede ocurrir debido a diversas condiciones como la periodontitis avanzada, la pérdida de dientes o las lesiones traumáticas. La regeneración ósea en este contexto tiene como objetivo restaurar la estructura ósea que se ha perdido, proporcionando un soporte adecuado para los dientes, implantes dentales o prótesis. Los dentistas, particularmente los especialistas en periodoncia y cirugía oral, emplean diversas técnicas y procedimientos para llevar a cabo este proceso, siempre con el fin de mejorar la salud bucal y restaurar la función masticatoria de los pacientes.
Cuando un dentista evalúa la necesidad de una regeneración ósea, primero realiza un diagnóstico exhaustivo que incluye radiografías y, en algunos casos, escaneos 3D para determinar la extensión de la pérdida ósea. La pérdida ósea puede ser consecuencia de una infección dental crónica, una extracción de dientes mal realizada o una condición genética que afecta la salud ósea. Una vez evaluada la situación, el dentista puede optar por varias técnicas dependiendo del caso específico.
Una de las técnicas más comunes en la regeneración ósea es el injerto óseo. Este procedimiento consiste en la inserción de material óseo en el área afectada para estimular el crecimiento de hueso nuevo. El injerto puede ser autógeno, lo que significa que se utiliza hueso del propio paciente, o alogénico, utilizando hueso de un donante. En algunos casos, se emplean injertos sintéticos o derivados de materiales biocompatibles, como hidroxiapatita o fosfato de calcio, que facilitan la regeneración ósea. La elección del material depende de la extensión de la pérdida ósea, la salud general del paciente y el tipo de procedimiento requerido.
Otra técnica innovadora que se utiliza en la regeneración ósea es la terapia con proteínas morfogenéticas óseas (BMP, por sus siglas en inglés). Estas proteínas tienen la capacidad de inducir la formación de hueso nuevo al estimular las células madre en la zona afectada. Al utilizar BMP, se busca acelerar el proceso de curación ósea, mejorando la integración del injerto y reduciendo el tiempo de recuperación.
Además de los injertos y las proteínas morfogenéticas, los dentistas a menudo recurren a la cirugía de elevación de seno maxilar en los casos en los que se ha perdido hueso en la zona posterior de la mandíbula superior, cerca de los senos paranasales. Este procedimiento permite acceder al espacio del seno maxilar y rellenarlo con injertos óseos para aumentar la cantidad de hueso disponible para la colocación de implantes dentales.
Otro enfoque importante en la regeneración ósea es el uso de la terapia de regeneración tisular guiada (GTR, por sus siglas en inglés). Esta técnica se utiliza para fomentar la regeneración tanto de hueso como de tejidos blandos, como las encías. Consiste en colocar una membrana biocompatible sobre la zona afectada para evitar que los tejidos no deseados invadan el área y permitir que el hueso crezca de manera más eficiente. Esta técnica es especialmente útil en casos de pérdida ósea debido a enfermedades periodontales.
Los beneficios de la regeneración ósea son evidentes no solo en la mejora de la estructura y estética bucal, sino también en la restauración de la funcionalidad masticatoria, tal y como detallan los profesionales de la Clínica dental Puerta de Alcalá, quienes, además, manifiestan que los pacientes que se someten a estos procedimientos suelen experimentar una mejora significativa en su capacidad para masticar, lo que contribuye a una mejor digestión y calidad de vida. Además, la regeneración ósea es clave para garantizar el éxito de los implantes dentales, ya que estos requieren un soporte óseo adecuado para integrarse de manera óptima en la mandíbula.
Desde una perspectiva de salud general, la regeneración ósea también previene futuros problemas dentales. La pérdida ósea puede generar desequilibrios en la alineación de los dientes y afectar la mordida, lo que podría llevar a la aparición de dolor, desgaste dental y otros trastornos en la articulación temporomandibular (ATM). Restaurar la masa ósea adecuada también contribuye a la estabilidad de los dientes remanentes, evitando que se desplacen o caigan.
Por otro lado, el proceso de regeneración ósea también tiene un impacto positivo en la salud mental y emocional de los pacientes. La restauración de la estética dental y la mejora de la función masticatoria pueden aumentar la confianza y autoestima, reduciendo la ansiedad relacionada con la apariencia y el dolor dental. Esto puede tener un efecto positivo en la interacción social y la calidad de vida de los pacientes.
¿Cuánto cuesta una regeneración ósea?
El coste de una regeneración ósea dental puede variar considerablemente dependiendo de diferentes cuestiones, tales como la complejidad del caso, la ubicación geográfica, el tipo de procedimiento necesario, el material utilizado y la experiencia del dentista. Si bien, en general, los costes de una regeneración ósea pueden oscilar entre 1.000 y 5.000 euros por intervención, aunque algunos casos más complicados pueden superar esta cifra.