Hay un tema que está de actualidad y del que seguramente hayáis escuchando muchas cosas en los últimos días y semanas. Hablamos, como seguramente estéis pensando ya, de todo lo que concierne a las aduanas y a los aranceles. Y es que este está siendo el foco de la polémica de la nueva política internacional de Donald Trump, que se ha empeñado en intentar castigar a China y a la Unión Europa todavía nadie sabe bien por qué. Ni que decir tiene que esto ha generado numerosas reacciones y que la mayoría se ha opuesto a esa política que poco o nada va a ayudar a alcanzar una mejor convivencia internacional.
En la noticia que os dejamos a continuación y que procede de la web de la Bbc informaba de cuál había sido la dura respuesta de la Unión Europea, China y el resto de países afectados por estos aranceles. La noticia también dispone de una tabla en la que se especifica cuál es el arancel para cualquier país, siendo los más afectados algunos países asiáticos como Lesoto, Camboya o Laos, que tienen un arancel cercano al 50%. Y es que Trump ni siquiera ha tenido piedad de un socio estratégico para su país, como el Reino Unido, que deberá pagar aranceles de un 10%.
Las aduanas constituyen un problema que se encuentra en la mente de las personas. Siempre que vamos a adquirir un producto más allá de nuestras fronteras, y especialmente si lo hacemos en un mercado que no sea el de la Unión Europea, nos emerge la duda de si realmente podremos no tener problemas en lo que tenga que ver con este asunto. Nunca sabemos muy bien por qué unos productos se retienen en una aduana y otros no, así que nadie sabe muy bien a qué atenerse cuando se encuentra en una situación como a la que estamos haciendo referencia y que a veces nos da verdaderos dolores de cabeza.
En relación a esto, nos surge una pregunta inevitable en la cabeza: ¿qué envíos nos pueden parar en las aduanas y por qué? Para responder esta cuestión, el diario Sur publicó un artículo al respecto. Y lo que se dice es que no hay una regla exacta en relación a este tema, principalmente porque depende en buena medida de la cantidad de paquetes y envíos que se produzcan y que puedan «colapsar» las aduanas o el tamaño de los paquetes (cuanto más grande sea, más se suele inspeccionar). Lo cierto es que este es un asunto que nunca nos va a dejar tranquilos porque, aunque nuestro paquete se envíe en un momento en el que hay más colapso (lo que hace que baje el número de inspecciones) y sea más pequeño en cuanto a volumen, siempre pensamos que nos va a tocar a nosotros.
No es plato de buen gusto pasar por una situación así ni mucho menos, porque nos genera inquietud y muchas molestias. Si estamos esperando un paquete, tenemos la necesidad de estar pendientes de este asunto de manera continua porque no sabemos cuándo va a llegar ese paquete a casa o al punto en el que queramos que nos lo entreguen. A veces, lo necesitamos recibir con urgencia y no podemos tenerlo cuando queremos. En otras ocasiones, tenemos que dejar el encargo a algún vecino o vecina. A veces, tenemos que iniciar una reclamación porque el paquete no nos llega ni por activa ni por pasiva. La verdad es que la molestia es muy grande cuando tenemos que hacer frente a cualquiera de estas situaciones.
Cuando tenemos un producto retenido en una aduana, lo que tenemos al mismo tiempo es una enorme cantidad de molestias que deseamos resolver tan pronto como sea posible. Nos cuentan los amigos de Agente de Aduana, que incluso se encargan de la entrega en domicilio, que la situación más común en este tipo de casos es que la gente no sepa que hacer y que en muchas ocasiones intentan resolverlo reclamando al proveedor, el cual no tiene culpa por el hecho de que es en la aduana donde se encuentra el problema y la retención.
En un mundo en el que la logística es tan importante, hay que reducir estas situaciones
Nos encontramos en un momento de la Historia en el que la logística se ha convertido en una de las ciencias que más importancia tiene a nivel económico y social. Buena parte de la culpa de que esto sea así tiene que ver directamente con el hecho de que el comercio electrónico sea tan importante. El desarrollo de todo lo que es digital ha permitido que ahora compremos a golpe de clic y que sean cada vez más los pedidos y los paquetes que se tengan que trasladar desde un almacén o una tienda hasta un domicilio particular. Y, muchas veces, esas entregas conllevan el paso por una frontera o aduana.
Estamos convencidos de que muchos de vosotros y vosotras habéis estado en una situación como esa porque, en ocasiones, algunas de las cosas que pedís suelen ser transportadas desde otro país. Tened en cuenta que seguimos pidiendo un montón de cosas a China, que no está dentro de la Unión Europea. O a Estados Unidos. O a India. Hay un montón de situaciones en las que un asunto como este, el de los problemas con aduanas, pueden darle la lata a las personas que compran por Internet. Seguirán existiendo estos problemas, a buen seguro, pero la manera de resolverlos ya dependerá de en quién confía cada uno.
Es conveniente que tengamos en cuenta que todo lo que tiene que ver con el comercio electrónico, lejos de reducirse, se va a incrementar en los próximos años. De hecho, son muchas tiendas físicas las que están cerrando y empezando a funcionar única y exclusivamente por Internet con el objetivo de reducir los costes fijos ligados al alquiler o compra de un local y aumentar así su margen de beneficios. Ni que decir tiene que esto puede ocasionar que aumenten las posibilidades de que tengamos alguna incidencia al llegar nuestro paquete a la aduana. Eso sería lo más normal y lo que esperan, de hecho, cada día más personas.
Teniendo en cuenta que la dependencia de la logística va a seguir creciendo de cara a los próximos años, es necesario que se reduzcan las posibilidades de sufrir aspectos como estos o, como mínimo, tener una salvaguarda para cuando tengamos que pasar por una situación así. Si de verdad queremos que el envío de paquetería sea más eficiente, es algo que debemos tener en consideración. El mundo está cambiando y nos debemos adaptar a esos cambios para que no nos jueguen malas pasadas y que lo que prometía ser una mejora termine siendo un verdadero estorbo. Eso es lo que, en ningún caso, puede permitirse una sociedad como la nuestra en los tiempos que corren.
¿Qué podemos esperar de la situación mundial en el futuro?
Hacemos esta pregunta porque, como ya habéis visto, la situación económica, política y social influye directamente sobre la eficacia de los envíos y recepciones de paquetería que realizamos día a día. Lo cierto es que nos encantaría decir algo distinto de lo que vamos a comentar a continuación: que la incertidumbre va a seguir presente en nuestras vidas durante algún tiempo más. El enfrentamiento entre Rusia y Ucrania no se termina de acabar y, para colmo, cada vez que Presidente de Estados Unidos abre la boca, sube el pan. Y lo cierto es que no son estos los mejores presagios ni mucho menos.
No hay mal que cien años dure, eso también es verdad. Pero es necesario que tengamos en cuenta que cualquier situación complicada también lo puede ser menos si sabemos cómo reaccionar ante ella, si en nuestra mente se dibujan los recursos con los que podemos contar para soliviantar esa situación. Eso no es fácil, lo sabemos. Pero debéis saber que para todo existe una solución, una alternativa. También para aquellos paquetes que se quedan en la aduana y que muchas veces nos cuesta sacar de allí. Tenemos maneras de salir del atolladero y no cabe la menor duda de que emplear la más adecuada es la que nos va a proporcionar la solución más eficaz para desbloquear la entrada de esos paquetes en nuestro país.
El tipo de situaciones de las que hemos hablado nos afectan a todos y todas alguna vez, eso por descontado. Muchas veces solemos verlo desde el plano individual, pero las empresas, por ejemplo, también pueden llegar a tener un montón de problemas en lo que respecta a los envíos que realiza o que recibe. Y la pérdida de tiempo por las restricciones en aduanas es algo que puede jugarle una mala pasada en términos económicos a los negocios. Por eso conviene controlar la situación y garantizar que se puedan cumplir las condiciones que hayamos pactado con la otra parte, con nuestro proveedor o cliente, de antemano.