Lumbalgia es una palabra proveniente del latín y significa dolor lumbar. El dolor lumbar crónico es el dolor que nace en la zona lumbar baja y puede estar asociado a dolor ciático o presentarse aisladamente.
Este dolor puede proceder de las estructuras óseas y ligamentosas de la columna vertebral, o de las vísceras que rodean la columna lumbar.
Otras causas de este síndrome pueden ser: fracturas vertebrales, espondilolisis, fracturas vertebrales por osteoporosis y la aceleración del proceso evolutivo de la degeneración discal tras una intervención quirúrgica por hernia discal.
Esta patología aparece si el paciente tiene una musculatura lumbar pobre, realiza posturas continuas forzadas en flexión lumbar, trabaja continuamente a la columna con cargas mayores, etc.
Los pacientes sienten un dolor persistente en la zona lumbar baja, que también puede percibirse en los genitales, en la cara posterior del glúteo, en la cara posterior y lateral del muslo.
Los profesionales de CRO Clínica Dental, expertos en Odontología y Fisioterapia, explican que el diagnóstico se realiza a partir de la exploración física que practica el médico en la consulta, las radiografías simples en proyección AP y Lateral, la Resonancia Magnética y la TAC o Scanner.
Las personas que sufren esta patología pueden realizar un par de sesiones de Pilates, yoga y Tai Chi a la semana. También se recomiendan los ejercicios de fuerza y los de core.
El Pilates trabaja más específicamente los músculos de la pared abdominal y la zona de la faja abdominal. Esta práctica deportiva aporta numerosos beneficios para la salud: mejora la flexibilidad y el equilibrio, fortalece el suelo pélvico, ayuda a conciliar mejor el sueño, tonifica los músculos, ayuda a disminuir o eliminar el dolor de espalda, reduce el estrés, etc.
El Tai Chi nació en China hace millones de años. Un dato muy curioso es que en este país se cree que este ejercicio puede retrasar el envejecimiento y prolongar la vida.
Con el Tai Chi se trabaja la flexibilidad,
la fuerza muscular y el equilibrio. Puede practicarlo todo el mundo mediante movimientos lentos, suaves y fluidos.
Los expertos explican que las personas que practican este deporte mejoran la fuerza del tren inferior y la fuerza del superior.
Las personas mayores deciden practicar esta disciplina porque reduce las caídas y ayuda a entrenar la propiocepción.
También mejora la flexibilidad de la parte superior e inferior del cuerpo. El Tai Chi ayuda a mejorar ciertas enfermedades como la artritis y la lumbalgia.
Otra de las ventajas es que mejoras la postura y la alineación corporal, porque al realizar movimientos con tu propio cuerpo, se trabaja la postura.
Promueve posturas correctas y protege las articulaciones. Este deporte reduce el estrés ya que relaja por la respiración con la que se debe realizar cada movimiento.
«Los movimientos, por ejemplo, hay que hacerlos lentamente, manteniendo la misma velocidad durante la ejecución de toda la tabla. Al realizar el ejercicio, imaginar que el aire alrededor del cuerpo es denso. Esto despierta la sensación de una leve resistencia y permite cultivar lo que los maestros denominan chi, una energía interna. Y tomar conciencia del cambio de peso de una pierna a otra durante el movimiento», informa La Vanguardia.
Mejora la movilidad y las personas que practican Tai Chi caminan más rápido que aquellos que no lo practican. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Tufts en Boston (EE.UU.), ha descubierto que el Tai Chi mejora el dolor crónico asociado a la fibromialgia.
«Nuestros hallazgos sugieren que quizás haya llegado el momento de replantearse qué tipo de ejercicio es el más efectivo para los pacientes con enfermedades que cursan con dolor crónico», dice Chenchen Wang, directora de esta investigación.
«El Tai Chi me ha ayudado a mejorar mi equilibrio, a reducir la ansiedad y a aliviar el dolor. Ya sabemos que el Tai Chi no funciona en todos los pacientes con fibromialgia, pero presenta entre otras ventajas que, al contrario que la cirugía, es una intervención mínimamente invasiva, y que no provoca un daño en los órganos, lo que sí sucede con los tratamientos farmacológicos a largo plazo. Además, también puede ser complementado con otras intervenciones», comenta Amy Price, paciente con dolor crónico tras haber sufrido un accidente.
Las personas que padecen artrosis también pueden practicar este deporte. Más de 500 millones de personas en todo el mundo sufren esta enfermedad y en España la artrosis afecta al 29% de los ciudadanos.
Los pacientes deben realizar ejercicios de bajo impacto como caminar en terreno regular, ejercicios de fortalecimiento y el Tai Chi.
