Los economistas están de acuerdo en que lo decisivo no es la cantidad que se ingresa cada vez, si no la forma en que se administra y, sobre todo, en qué se gasta. Hay una rama de la economía, que está resultando todo un desafío para los economistas, que se llama “economía de la felicidad”, que lo que trata es medir de forma cuantitativa la felicidad, el afecto y el bienestar en relación con la economía, y se ha detectado, con amplias evidencias, que tener más dinero no equivale en todos los casos a más felicidad. Entonces, ¿qué es lo que nos hace más felices?